sábado, 24 de noviembre de 2012

Resignación.

        Estos dos últimos días han resultado bastante 'durillos'. No es que en general sean fáciles, pero estos últimos han sido más difíciles que los anteriores.

        Cada día hay que cumplir con las obligaciones profesionales del trabajo con el que nos ganamos ya sea el vivir ya sea el sobrevivir. Y mejor que no nos falten, porque si se acaban se acaba todo. El problema es cuando junto a estas obligaciones tienes que hacer frente a todas las nuevas 'obligaciones' que la debida obediencia a un Ama especialmente estricta y exigente llevan consigo.

       Porque además de atender a todas estas nuevas tareas, hay que hacerlo de forma que ni afecten a las obligaciones cotidianas, ni se noten. Como se suele decir, hay que hacerlo todo con una sonrisa en la boca.

       Por ejemplo, si de repente suena el teléfono de casa o el teléfono particular de la oficina, hay que disimular como si no pasara nada aunque el pulso se acelere de repente, mientras se intenta ya sea atender a la conversación que se desarrolla en el primer caso, ya sea disimulando una conversación 'profesional' en el segundo.Mejor no tener que dar explicaciones.

        O cuando en la lista de notas de correo pendientes de leer en la cuenta de correo personal o en la profesional aparece, un poco más abajo, una nota remitida por alguien que, con absoluta certeza, poco va a tener que ver con el resto de notas. ¿Que hago?. ¿La abro?, ¿no la abro?, ¿contesto?, ¿me hago el sueco?, etc...  Ya da igual porque al final el efecto 'psicológico' perseguido al enviar dicha nota ya está conseguido. Es como dejar claro: ¡¡aquí también estoy yo!!.  A partir de ese momento ya es imposible concentrarse en el resto de temas pendientes porque las nuevas obligaciones incluidas en dicha nota (ya que, evidentemente, ¡he leído y he contestado a esa nota!) ya ocupan el primer lugar de mi lista de preocupaciones.

       Y eso por no hablar del final del día, cuando la tentación de irse a la cama es mayor y se va frenada por todas las tareas pendientes que hay que hacer, por las buenas o por las malas, antes de  intentar descansar con la ilusión de que al día siguiente las cosas serán distintas....

       Sí, estos dos últimos días han sido un poco 'durillos', pero, no sé porque, tengo la sensación de que los voy a echar de menos...     



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