domingo, 18 de noviembre de 2012

La libertad del esclavo.

Controversia. ¿Es libre el esclavo?. ¿Necesita ser libre el esclavo?... Veamos.

        La ventaja de le enseñanza vicaria (aprendizaje basado en la observación de la conducta del otro) es que te da experiencia, y la experiencia te da opinión. 

        Rara es la persona que puede decir, sin la certeza de que se engaña a sí mismo, que es libre en un sentido amplio de esta palabra. ¿Libre para qué?:  ¿para madrugar?, ¿para trabajar a las órdenes de alguien?, ¿para aplaudir cualquier bodrio guiado por los aplausos 'enlatados' de una serie barata?, ¿para comer o dejar de comer lo que le apetezca?, ¿para someterse a agotadoras sesiones de ejercicio físico con tal de estar dentro de lo estéticamente bien visto?, ¿para que los demás tengan buena opinión de uno?, ¿para ser una persona socialmente aceptada, aunque en el fondo le importe un comino la sociedad que lo ha de aceptar?, etc, etc, etc....

       Extraño concepto de libertad es este que en vez de darnos cada vez más opciones para elegir hacer 'en' y 'de' nuestra vida lo que realmente nos apetece o nos importa  lo que hace es imponernos cada vez más limitaciones, más obligaciones, con tal de no ser un extraño, ajeno a esta sociedad paradigma de 'libertades'.

     Y por si fuera además está la mala conciencia. Porque encima hay que aceptar todo esto con una sonrisa en la boca y diciéndole a todo el mundo lo bien que se está dentro de esté apretado 'corsé' que deja corto al propio  'retablo de las maravillas'. O aún más, engañándonos a nosotros mismos obligándonos a creer que hacemos todo esto porque queremos y porque es lo que nos gusta; porque, en definitiva, es lo que libremente hemos elegido.

     Pues bien, dejándonos de ufemismos y de falsas verdades, bendita la libertad del esclavo. Él si que ha elegido libremente entregarse totalmente y pasar a depender de la voluntad de su Ama. La sociedad no le ha empujado a ello, sino que más bien al revés, le rechazaría si fuera consciente de esta 'entrega'.

     A partir de aquí su libertad es total: libertad de obedecer total y absolutamente a se Ama. No más dudas, no más temores, no más vacilaciones. Se acabó esa mala conciencia del querer y no poder, del desear y no atreverse, de si blanco o negro.....  Si su Ama dice blanco, es blanco; si dice negro, pues negro. 

     Que mayor libertad que no tener que cuestionarse ya más si lo que se hace está mal o está bien; si  debería o no debería de comerme ese pastel. Me lo como y punto. O no me lo como y punto. Pero como ya no decido ya no me cuestiono la decisión.

     En el fondo que mayor libertad que no tener que dudar....



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