Sí, como no podía ser de otro modo la vida sigue su ritmo isócrono independientemente de lo que suceda, pensemos o deseemos. Cada día sigue al anterior y precede al siguiente. Y menos mal, claro.
Quiero decir que todo lo bueno, al igual que todo lo malo, empieza, se desenvuelve y acaba. Curiosamente lo que deseamos, lo que nos gusta, parece pasar rápido, pero, por contra, lo que no nos atrae y preferiríamos que pasara rápido parece eternizarse y no acabar nunca. Aunque, indefectiblemente, sabemos que un día agradable dura exactamente lo mismo que un día desagradable. Como sucede con una semana, con un mes o con un año...
Viene esto a colación porque tan lejos como mañana se cumple el primer trimestre de mi pertenencia a mi Ama y en este tiempo mi vida se ha adaptado a una serie de rutinas y obligaciones que han pasado a formar parte de la misma como si las hubiera tenido toda ella. Y parece que fué ayer.....
¿Pensaré igual dentro de otros tres meses?
Cosas del tiempo, tan juguetón él.
Y la vida continua...
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